Por: Juan Camilo Cock – Director Ejecutivo Fundación Alvaralice
La pandemia del Covid-19 ha traído un retroceso en varios aspectos de desarrollo humano en los que Colombia venía mostrando avances importantes. Las medidas necesarias para salvar vidas han tenido y tendrán un gran impacto en los ingresos, la educación y la salud mental de una parte importante de la población. Según cálculos de Fedesarrollo el número de personas viviendo en pobreza podría aumentar en seis millones de personas y llegar al 49% de la población.
Sin embargo, los efectos de la pandemia serán desiguales y están golpeando más fuerte a algunos segmentos de la población que a otros. Claramente, los niños, niñas y jóvenes han resultado particularmente afectados. Para los niños que viven en condiciones de pobreza la educación virtual es casi un imposible. Los meses de cuarentena llevarán a que se amplíe la brecha en educación entre los hogares de altos y bajos ingresos. Adicionalmente, en muchos barrios la escuela, la biblioteca, el parque, que han estado cerrados por meses, son espacios clave de aprendizaje, socialización y lugares protectores para niños y niñas que crecen en entornos violentos.
La brecha en la tasa de desempleo que ya era preocupante en jóvenes y el resto de la población ha aumentado. Entre septiembre y noviembre el desempleo en jóvenes en las principales ciudades de Colombia fue del 25,7%, casi nueve puntos porcentuales más alto que la tasa de desempleo global. Si hasta el año pasado era difícil para los jóvenes acceder a su primer empleo, en especial aquellos que no tienen formación universitaria, con la pandemia se ha vuelto aún más difícil.
En este contexto, el trabajo de la Fundación Alvaralice para ayudar a generar oportunidades para niños, niñas y jóvenes de bajos ingresos será más importante que nunca. Ahí estaremos poniendo nuestro empeño como se evidencia en nuestros diferentes proyectos e iniciativas.
El Tecnocentro Cultural Somos Pacífico ha hecho un esfuerzo enorme por abrir sus puertas lo más temprano posible en el 2021 y desde el inicio de febrero comenzó sus programas de arte, música, danza y tecnología. Este es uno de los pocos, si no el único, espacio de Potrero Grande abierto para actividades de formación para niños, niñas y familias, mitigando en algo el cierre de las demás instituciones. Rumbo Joven, nuestro programa de formación y acompañamiento enfocado en la vinculación de jóvenes a empleo formal también está en proceso de convocatoria para la formación de los primeros 50 jóvenes que iniciarán en el 2021.
El proyecto Abriendo Caminos está trabajando con los jóvenes cuyo perfil los pone en mayor riesgo de cometer acciones violentas o vincularse a grupos criminales. Con este grupo, en especial, hay un esfuerzo por desarrollar pequeñas iniciativas productivas que ayuden con su subsistencia y que muestren a sus comunidades su proceso de cambio.
A un nivel más amplio, la Fundación ha estado trabajando con la Alcaldía de Cali, Propacífico y varios actores de la sociedad civil, facilitando una mesa de trabajo interinstitucional sobre juventud en el marco de la reactivación económica y social con tres ejes:
- Generación de ingresos a través de la formación para el empleo y el emprendimiento
- Fortalecimiento de liderazgos y organizaciones juveniles
- Atención a la salud mental y violencias.
En el 2021 también esperamos trabajar de la mano de ACDI/VOCA en el marco del proyecto Youth Resilience Activities para fortalecer la capacidad de la juventud de sobreponerse a muchos de estos retos.
Algunas de estas son acciones pequeñas, pero de gran impacto en barrios con altos niveles de pobreza y violencia. Sin embargo, en las experiencias de coordinación interinstitucional los aprendizajes logrados y las redes comunitarias en las que se apoyan sirven para informar las políticas de reactivación a nivel de ciudad y de región para lograr que beneficien a quienes más lo necesitan y que más han sido golpeados por la pandemia. Como lo afirma el economista Mauricio Cabrera, «las mejores políticas de reactivación son aquellas que impulsan el crecimiento, pero a la vez ayudan a aliviar la pobreza, a reducir el desempleo y a disminuir la desigualdad.»